Por María Alejandra Castiglioni – Prof. Educación Preescolar. Lic. Relaciones Públicas. Esp. Gestión Cultural y Políticas Culturales. Mag. Sociología de la Cultura y Análisis Cultural. Coordinadora de Interculturalidad e Infancias.
Recorrer sensiblemente la existencia invita a construir una corresponsabilidad desde el principio ético de la vida para abrigar y arraigar nuestra humanidad al mundo que heredamos y legamos.
La convicción de crear y sostener tramas de vida invita a analizar críticamente nuestras actitudes anteponiendo el respeto por los seres con quienes convivimos. Así, sostener aquello que sustenta, sostener la vida.
Desde la dimensión jurídica reconocemos al “medio ambiente la condición de bien jurídico” (Zaffaroni, 2011:53). En consonancia con un compromiso irrenunciable, la leyobliga a una gestión sustentable para la protección de la diversidad biológica y el fortalecimiento del desarrollo sustentable. Así, asegurar la preservación de los recursos ambientales es mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras.
Sucede consolidando transformaciones desde la educación ambiental, un proceso intencionado que promueve la sostenibilidad como construcción social y refiere a la conservación de la armonía en la naturaleza, la protección de la salud y el respeto por la diversidad cultural.
Pensar desde el campo educacional implica actitudes individuales y colectivas aprendiendo -desde la más temprana edad- a revisar la apropiada gestión del ambiente y su impacto a nivel global, favorecer el desarrollo económico y social y aprovechar los recursos naturales pensando a futuro (Weissmann, 2011).
¿Cómo hacerlo? Con lxs niñxs. Junto a ellxs construir un ambiente sustentable, legitimando su voz y mirada del mundo al detectar problemas, debatir soluciones y previsiones alojando valores y actitudes pertinentes. Esto es, empoderar su incidencia concreta a favor de UN MUNDO SUSTENTABLE y desde la experiencia sensible, es decir, desde la vivencia.
En este sentido, cuestionar nuestros gestos y su efecto en la gestión de residuos, ruido, consumo del agua, energía, alimentos, suelos y de los materiales que cotidianamente manipulamos. El cuidado por la biodiversidad compromete más allá del gesto, forja comportamientos solidarios y cooperativos que replican y que se van legando entre generaciones.
Educar en una cultura sustentable implica cuidar los bienes naturales para su equilibrio, armonía y perdurabilidad, en la valoración del gesto que enseña y nos enseña, transforma y nos transforma, cuida y nos cuida y da sentido a nuestras acciones y a nuestra existencia.
Así iniciar transformaciones y entramar acciones -en comunidad- que nos arraiguen a nuestros contextos y por extensión, a la Madre Naturaleza, respetando su voz y sin pretender reemplazarla con la nuestra. Significa estar disponibles, recordar la sabiduría de nuestros ancestros para dialogar con ella.
Habilitar la contemplación -a contraparte del consumo y el tiempo apurado- para consolidar una actitud otra y paulatinamente escuchar con la mirada, percibir con la piel, quizás… mirar con el corazón. Remite al entramado cuerpo/alma/contexto/ambiente, para percibir nuestros mundos, integridad de pensamiento y sentimiento para vivir.
Como sujetos sociales, reconocemos la urgencia de repensar nuestras relaciones consigo, lxs otrxs, con la comunidad y con la Naturaleza, para amarrarnos a la vida hacia la transformación social.
Este paradigma invita a construcción conjunta y esperanzadora de ciudadanía, promoviendo calidad de vida “en armonía con la naturaleza, a través de la educación con libertad y con responsabilidad” desde una perspectiva, ética y estética que celebra la emoción del niño cuya fotografía encabeza este artículo, al acompañar la vida de “amigxs verdes”, oliendo la tierra mojada, sintiendo la delicadeza de una hoja, descubriendo el color de una flor.
Aquí algunas reflexiones para fundar escenarios más humanos y modos otros de habitarlos, pensar y pensarnos, mirando la naturaleza con los ojos del alma, pensarla desde el corazón.
Bibliografía
- Kusch, Rodolfo (2008) La negación en el pensamiento popular. Buenos Aires, Editorial Las Cuarenta.
- Weissmann, Hilda (2011) Referencias sobre la Educación ambiental en el Diseño curricular para el Nivel inicial. Dirección Provincial de Educación Inicial. Provincia de Buenos Aires
- Zaffaroni,EugenioRaúl (2011). La Pachamama y el humano. http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2015/07/doctrina41580.pdf