Han pasado tres décadas desde que se creó la Fundación Espacios Verdes, muy conocida como “la FEV”, con un objetivo: mejorar la calidad de vida del ser humano en armonía con la naturaleza. Sin conocer exactamente sobre el tema, los fundadores quisieron plasmar ese sueño colectivo de “un mundo mejor”. Un objetivo tan remoto y ancestral, desde Adán y Eva, hasta la actualidad.
Siempre ha estado latente, con la evolución de los hombres y las mujeres a través de los siglos, con la motivación de lograr cambios profundos en el desarrollo de la sociedad.
La utopía colectiva de una sociedad ideal es un deseo profundo de la humanidad, pero aún estamos lejos de que sea realidad –paradójicamente– por causa del mismo individuo que tanto desea la armonía y el bienestar de nuestro planeta Tierra. Por otro lado, destruimos constantemente en los del progreso, pero sin medir sus consecuencias.
La esperanza es el motor que nos impulsa a continuar. Mientras haya vida, hay una luz que ilumina el camino.
La FEV es parte de este deseo colectivo que, desde hace 30 años, fue transitando los primeros pasos sin tener tan en claro en ese momento la manera de hacerlo y de llevar adelante sus objetivos estatutarios. Los interrogantes eran muchos –pero también lo fueron las respuestas que fueron surgiendo sobre un tema tan trascendental como es el cuidado de nuestro hábitat y de nosotros mismos. Como diría el Principito: “Lo esencial es invisible a los ojos” (Antoine de Saint-Exupéry).
Esta frase nos da la pauta del porqué de muchos acontecimientos realizados por el hombre que suceden al no ver el verdadero valor de las cosas. No siempre es evidente su significado para nosotros, los seres humanos.
De algo estamos seguros: ha sido y es un gran aprendizaje, y –mágicamente– los deseos se fueron plasmando a través de las y los colaboradores que se fueron sumando con su trabajo, su pasión y su esfuerzo. Muchos y muchas dejaron una huella profunda, mientras que otras y otros marcaron las diferencias para mejorar, transformar y crecer. Sus aportes, grandes o pequeños, ayudaron al crecimiento de la FEV. Eso se llama “Solidaridad Ambiental”.
También queremos agradecer a las Instituciones que nos apoyaron, y nos de mostraron su confianza respecto a que entre todos podíamos cambiar algo en el camino de ese sueño de un mundo mejor en el cual tenemos aún mucho por hacer…
Nuestro reconocimiento hacia todos ellos y todas ellas, tanto como a las Instituciones, lo expresamos en orden de llegada a la historia de la FEV, así como también a quienes las representaron en cada momento de estos 30 años:
- Universidad Nacional de San Luis
- Iglesia Estoniana Luterana
- Padres de Keivis
- Escuela del Encuentro
- Expotrade
- Fotocafé 4 Elementos
- SONNE
- ITT Argentina
- Fundación Cultural Argentino Japonesa
- Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA)
- Universidad de la Punta
- COORDIEP
- Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación
- Escuela Especial Acuarela
- Ex Ministerio de Medio Ambiente de la Provincia de San Luis
- Municipio de la Villa de Merlo
- Asociación de Bomberos Voluntarios de la Villa de Merlo
- Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA
- Hospital de Clínicas Sección situaciones vitales derivadas de la marginalidad y exclusión social
- Ministerio de Medio Ambiente del GCBA
- Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social de la Nación
- Defensoría del Pueblo de CABA
- ProHuerta del INTA
- Escuelas Verdes del Ministerio de Educación del GCBA
- Universidad Nacional de los Comechingones
- Fundación Ecologista Verde
- Colegio Almafuerte de José León Suárez
- Argentina Kenshu Center – AOTS
- Grupo de Estudio y Trabajo para la Salud – GETS
- Asociación Becarios de Japón – ABJA
- Red Argentina de Educación Ambiental – RAEA
- Instituto Especial Acuarela
- Organización Mundial de Enseñanza Preescolar – OMEP
- SEDUCA
- SOLBAYRES
- Escuela Nichia Gakuin
- Escuela El Cuenco
- Tierra de Oro
- IRAM
- Fundación Juancho Reale
- CONSUDEC
- C.O.A.M.A
- Red de Educación Ambiental GBA OESTE.
Y a todas las Instituciones con las que –de una manera o de otra– nos relacionamos en este camino constante de la educación y la concientización ambiental. Muchas gracias, nuevamente, a todas las personas e Instituciones que hicieron la historia de la FEV. Un agradecimiento muy especial al Dr. Bernardo Kliksberg por sus palabras y por la confianza depositada en nuestra Institución.