En lugar de quejarse, la Fundación ha apostado con energía sin par, a la acción concreta. Son innúmeras las iniciativas que ha desarrollado desde 1991. Ha impulsado la educación ambiental a través de múltiples caminos, ha llevado adelante proyectos ecológicos innovativos de fuerte impacto, ha propiciado todo orden de alianzas estratégicas con Universidades, empresas, otras ONGS, municipios, y comunidades con notables logros. Ha generado las tan fecundas Jornadas de Responsabilidad en Educación Social Ambiental (RESA) que congregan anualmente a actores sociales de diversos sectores para reflexionar, revisar experiencias modelos y fortalecer la lucha verde. La nomina de programas y realizaciones es cuantiosa.

Todo ello lo hace con perfil bajo, casi silenciosamente, dando ejemplo de civismo genuino. El Papa Francisco exigió a la humanidad “debemos escuchar el grito silencioso de los pobres, y el gemido de la tierra”. En su magistral Encíclica Laudato SI mostró en detalle, como los que más sufren del cambio climático y el calentamiento global son los más humildes. Advirtió a la humanidad en el reciente Día de la Tierra “que hemos llegado al límite”.

En la vanguardia de la lucha que propone esta la Fundación Espacios Verdes con su tarea abnegada y ejemplar. Todo mi respeto y admiración. Firme y adelante.