Un poco de historia…

Un poco de historia…

El 9 de septiembre de 1991 nació la Fundación Espacios Verdes, organización nacional ambiental, en la ahora denominada Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue una idea de Antonio Di Meola, junto con sus amigos Luis Lucero, Guillermo Matucci, Oscar Millara, Basilio Spataris, Rubén Perino, Oscar Lencinas, Julio Werthein, y muchos más.
Los fundadores no conocían mucho sobre el cuidado del medio ambiente, pero el tema se iba insertando e internalizando de a poco, y era algo preocupante y trascendental para la sociedad del siglo XX. Fue así que se aventuraron a crear la Fundación Espacios Verdes. Su idea era colaborar con leyes ambientales, ya que dentro del equipo había un abogado, un médico, un arquitecto, un empresario y un veterinario, a los que luego se fueron sumando más interesados en el tema buscando también el sentido del cuidado del ser humano y el ambiente. Surgieron, así, muchos escritos sobre el tema. De esta manera, comenzó la historia de la FEV, con una fuerte presencia masculina. Las mujeres, en ese entonces, participábamos colaborando.
En 1993, Antonio Di Meola dio el primer paso con lo que fue un hito para la FEV. Compró hectáreas en la Sierras de los Comechingones en la Villa de Merlo, San Luis, y donó 249 de las mismas a la fundación con el objetivo de transformarlas en una Reserva Natural, por ser el Salto del Tabaquillo un lugar emblemático de la villa y proveer a la ciudad el 50 % del agua.

 

Tuvimos una presentación oficial en la Casa de San Luis en de la Ciudad de Buenos Aires, en la que curiosamente una persona que representaba a la incipiente Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación nos etiquetó luego, de la presentación, como una “ONG con buenas intenciones”. Tenía razón, aunque nos faltaba un largo camino para transitar y aprender… La conclusión de esa observación es que no estamos seguros de que haya sido un elogio… pero, de todas formas, seguimos adelante con ese espíritu.

En 1994, la FEV tuvo su primera sede social en la Iglesia Estoniana Luterana de Vicente López, lo que producía cierta confusión en el público que veía una combinación entre lo religioso y lo ambiental y no comprendía bien los objetivos de la fundación. De todos modos, comenzaron allí las primeras charlas ambientales, orientadas al cuidado de la salud y el ambiente. Se crearon las primeras “Ferias Artesanales Ecológicas y del Libro”, en las que tuvimos la participación de la comunidad local y el apoyo institucional del Municipio y del Honorable Concejo Deliberante local.
También tuvimos la oportunidad y el “honor” de conocer a Pablo Tissera, un ser muy especial y lo más cercano a la “santidad” que se pueda asemejar, quien nos dio la bendición como Institución. Nos ayudó a profundizar y reflexionar sobre la importancia de la ecología humana (estudio interdisciplinario de la relación entre el ser humano y la naturaleza). “Cuidar un árbol es sumamente importante, pero debe ir acompañado por el respeto al ser humano y el trabajo mancomunado para una sociedad mejor”.


Diseñamos el isologo de la FEV de una manera muy participativa, y creamos el lema “Caminos hacia la Vida”, muy amplio conceptualmente pero muy certero en su significado literal, ya que la temática atraviesa cada hecho de la vida diaria. Para esa época, ya había aumentado la participación femenina activa, especialmente centrada en la concientización y la educación ambiental. Comenzaba un nuevo ciclo dirigido a la educación, objetivo principal que aún sigue siendo nuestra brújula, ya que el lema actual es “Educación para la sustentabilidad”.

En 1995 obtuvimos nuestro primer convenio con una institución nacional de Altos Estudios, como la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad Nacional de San Luis, para desarrollar trabajos de investigación sobre la flora de las Sierras de los Comechingones. Realmente éste fue nuestro primer paso, que trazaría de ahí en más, nuestro norte como una institución proactiva en la Gestión Asociada para la Educación Ambiental.
La posterior sede en Vicente López, Buenos Aires, fue casi un centro cultural con mucha interacción con la comunidad. En ese momento, también tuvimos un espacio radial local que nos dio una nueva posibilidad de comunicar la importancia del cuidado del ambiente, y en 1996 fuimos declarados Entidad de Bien Público por el Concejo Deliberante de la Municipalidad de esa ciudad.

En 1997, la FEV tuvo su sede en la Escuela del Encuentro, Florida, Partido de Vicente López. Esa experiencia nos brindó la oportunidad de tener el primer contacto directo con alumnos -transmitiéndoles la importancia de adquirir conciencia ambiental- y de realizar el primer viaje educativo a la Villa de Merlo en San Luis y apadrinar así una escuela rural. Ese mismo año, participamos del evento Ecolojuegos en el Predio Municipal de Figueroa Alcorta, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo que le dio un impulso mayor a nuestro espíritu de gestión asociada que ya veníamos desarrollando. El resultado fue asombroso, ya que debido a este evento recibimos el “Premio a la Grandeza Solidaria” por el Consejo Superior de Transacademia Mundial de las Naciones. No sabíamos si era una broma… pero no, fue realidad. Este evento también nos posibilitó tener más visibilidad, y a través de una gran telarista y colaboradora llamada Silvia Sotoma, conocimos a la directora de la Fundación Cultural Argentino Japonesa en el Jardín Japonés de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien dejó una gran huella de afectos y de hechos concretos, como lo fue nuestro gran período de 10 años allí, de gran crecimiento y aprendizaje “intercultural”.

Saludamos a Funadación Espacios Verdes por su 30º aniversario

En 1998, se desarrollaron las I Jornadas de Ecología y Calidad de Vida en el Jardín Japonés, lo que fue también la carta de presentación de la FEV a la FCAJ. Hubieron talleres, mesas redondas, charlas y seminarios, auspiciados por UNESCO, Naciones Unidas Centro de Información para Argentina y Uruguay, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Dirección de Cultura y Educación de la Municipalidad de Vicente López, Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente, Secretaria de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología, Ministerio de Salud y Ambiente, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Dirección de Higiene Ambiental del Gobierno de la Ciudad de Buenos, finalizando con el  cierre en la Legislatura Porteña. 

Estas Jornadas, que se realizaron durante 10 años consecutivos, tuvieron nuestra característica institucional: sumar colaboradores e Instituciones aliadas, llevándolos con nosotros a los lugares y eventos que íbamos organizando, y  transitando juntos el camino de la educación ambiental. 

En paralelo, firmamos el Convenio Marco con la Universidad Nacional de San Luis para llevar a Merlo la primera Tecnicatura Universitaria en Floricultura, Parques y Jardines, más otras actividades y conferencias. La FEV, a través de sus fundadores, facilitó el salón para el dictado de la tecnicatura y el hospedaje para los profesores en su emprendimiento privado “La Paloma”. Este también fue un lugar de encuentro cultural similar al de Buenos Aires, donde convergían actividades culturales, eventos ambientales, concurso de fotografías, exposiciones y conferencias, siempre con el mismo fin de mejorar la calidad de vida ambiental. Fue una experiencia muy valiosa, casi como tener una Universidad Nacional en la casa.

De 2000 a 2005, fue un período de grandes hitos que continuaron marcando el rumbo institucional, tanto en Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en la Villa de Merlo. Colocamos la Piedra fundamental o basal en la Reserva Natural del Tabaquillo, en la zona de la actual Reserva Natural Mogote Bayo. 

Firmamos un convenio con la Fundación Cultural Argentino Japonesa, para realizar actividades educativas ambientales y recreativas, y creamos el Aula Verde en el Jardín Japonés de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Realizamos un convenio con la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación para realizar en el aula programas educativos ambientales en forma conjunta para los alumnos y las alumnas de las escuelas que visitaban el Jardín. 

En ese período, creamos la Revista Aprendiendo en Verde con la coordinación de Beatriz Vázquez, y la misma fue declarada de interés ambiental por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

En la Villa de Merlo realizamos algo similar en actividades educativas, recreativas y ambientales en el Parque de Barranca Colorada, a través de la Administración de Parques de la Provincia de San Luis. En ese lugar llevamos adelante además “Japón en Merlo”, en colaboración con la Fundación Cultural Argentino Japonesa. En la Reserva Mogote Bayo organizamos la primera visita de educadores de COORDIEP y de la Junta de Escuelas de Gestión Privadas, Laicas, Católicas, Evangélicas y Judías, quienes recibieron una bendición ecuménica de Monseñor Puyelli, mostrando una vez más la importancia del trabajo conjunto más allá del credo religioso. 

En 2006, firmamos el 1ª Convenio Marco con la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires. En ese momento llevamos adelante el desarrollo de proyectos conjuntos con la Cátedra de Teriogenología en la Reserva de Mogote Bayo, así como también otras acciones de concientización ambiental y cambio rural.

Posteriormente, en 2011, la FEV trasladó su sede de actividades al previo de la Facultad de Cs. Veterinarias de la UBA en el barrio de Agronomía, Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde estamos en la actualidad. Inauguramos el Centro de Capacitación y Formación Ambiental que nos permitió fortalecer aún más nuestro rol en la educación y la concientización ambiental. El primer proyecto fue en el marco del convenio con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA. Iniciamos actividades de capacitación –con foco en inclusión laboral y social– en Empleos Verdes dentro del Programa de Formación Continua del ministerio, y en el Centro Capacitación de la FEV dictamos talleres de eco bolsas, reciclado de plástico, lombricultura y telar. 

En 2011, en San Luis se firmó el Decreto 2562 del MMASL por el cual la FEV donó 249 hectáreas del área donde se encuentra el Salto de Tabaquillo y se firmó un convenio para la gestión asociada dirigida a investigación, educación y turismo sustentable en la Reserva Natural Mogote Bayo.

Más adelante, por iniciativa de jóvenes voluntarios estudiantes de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Facultad de Agronomía de la UBA, nos conectamos con el Programa de Pro Huerta del INTA en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y se fueron sumando otras instituciones, como el Hospital de Clínicas de la UBA y el Hogar San Martín. Así fue que, entre 2012 y 2018, en el Centro de Formación Ambiental en la FVET-UBA y junto con el Programa de ProHuerta INTA, comenzamos a dictar cursos de agroecología para el Hospital Alvear y abiertos a la comunidad, a los que se sumó en el 2013 el Centro de Desarrollo Comunitario de la FVET –UBA para la realización de talleres de capacitación de huertas agroecológicas y granjas familiares. Esto nos permitió conocer más sobre la producción orgánica y el trabajo comunitario, dándonos la certeza de que la tierra es clave para una mejor calidad de vida, social, mental, espiritual, física y económica.


En la Villa de Merlo, a través del aporte de una colaboradora, obtuvimos un subsidio del Fondo para las Américas mediante la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, dando comienzo así a las Jornadas RESA (Responsabilidad en Educación Social Ambiental) en el año 2013. Estas jornadas continúan hasta la actualidad, gracias a la gestión asociada de muchos y muchas profesionales, organizaciones sociales e instituciones educativas. En estos últimos años, se sumaron como organizadores la FVET-UBA y -en estos dos años de distanciamiento social producto del Covid-19- se llevaron a cabo en forma virtual en conjunto con la Universidad Nacional de los Comechingones  y la Facultad de Turismo y Urbanismo de la Universidad Nacional de San Luis. 

En 2018 y 2019, contamos con las alumnas y los alumnos de la Escuela Acuarela, de educación especial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para realizar prácticas laborales en jardinería y armado del Sendero de la Biodiversidad en el predio de la FVET-UBA junto a colaboradores profesionales y capacitadores de gran conocimiento en temas ambientales, siendo una de ellas del Programa de Escuelas Verdes. 

En 2019, luego de mucho tiempo de buscar la posibilidad de conectarnos, pudimos hacer realidad la presencia del Doctor Bernardo Kliksberg en el dictado de la Conferencia Magistral “Un planeta en riesgo” en el Aula Tambo de la FVET–UBA, lo que fue gran honor para ambas instituciones. 

Ese mismo año, obtuvimos la Declaración de Institución Ambiental de la Villa de Merlo por parte del Concejo Deliberante de esa ciudad (Resolución Nº 2022-HCD-2019) por el gran aporte realizado a la comunidad. Casi en simultáneo, recibimos la Declaración de Interés Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por las actividades en el área de promoción en las investigaciones y estudios relacionados con la conservación, preservación y control del medio ambiente (Declaración Nº 823/2019). Otro reconocimiento fue recibir la 1° Mención del Premio Puchmuller- Facultad de Turismo y Urbanismo de la Universidad Nacional de San Luis. 

La nueva década 2020 nos recibió con la imposibilidad de llevar adelante el programa de actividades presenciales, por lo que rápidamente realizamos un giro de 180 grados y toda nuestra planificación de educación y concientización ambiental pasó a ser virtual. Dictamos el taller “Conociendo los Objetivos del Desarrollo Sostenible a partir del juego” en el Curso de Rectores organizado por CONSUDEC. Y con gran satisfacción, pudimos concretar el curso online “Los ODS en la escuela” realizado con el apoyo de la empresa SOLBAYRES. También llevamos adelante talleres y charlas organizadas en forma conjunta con SEDUCA y el Instituto Superior Gladys Vera. Todas estas actividades virtuales nos enseñaron mucho sobre esta nueva modalidad que será parte del futuro de la educación. 

Y con gran alegría, pudimos concretar las VIII Jornadas RESA y RESA Jóvenes en Movimiento. Fueron conversatorios con profesionales de diversas áreas en la temática ambiental y las realizamos conjuntamente con la Universidad Nacional de los Comechingones y la Facultad de Turismo y Urbanismo de la Universidad Nacional de San Luis.

Comenzamos el año 2021 de manera similar al 2020, y con la esperanza de poder retomar próximamente las actividades presenciales. En el primer semestre, tuvimos como hitos el dictado del curso “Economía Circular y Sustentabilidad en tu Emprendimiento” con el apoyo de la empresa SOLBAYRES y el lanzamiento de nuestra Plataforma virtual Aprendiendo en Verde. Y en el mes de octubre, estaremos nuevamente con las IX Jornadas RESA, nuevamente organizadas en forma conjunta con la Universidad Nacional de los Comechingones y la Facultad de Turismo y Urbanismo de la  Universidad Nacional de San Luis. 

Seguimos transitando esta nueva década tan castigada por el Covid-19 con la esperanza de lograr ese deseo colectivo de habitar un mundo donde seamos conscientes de nuestra responsabilidad por el cuidado del desarrollo humano y de nuestro hábitat. “El ambiente lo cuidamos entre todos.” 

Nuevamente, muchas gracias a todos los que fueron partícipes de la historia de la Fundación Espacios Verdes. Sin ellos no estaríamos contando esta historia. Y en especial, queremos conmemorar a quienes ya no están con nosotros, por haber dejado una fuerte presencia en nuestra historia: Norma Raspeño, Silvia Sotoma, María Elena Bucsinszky de Lucero, Guillermo Matucci, Enrique Octavio Roberto, Julio Werthein, Horacio Kagami , Pablo Motto, Monseñor Puyelli , Oscar Lencinas y Alicia Garci