08. La gestión de plásticos de un solo uso en una ciudad.

Por Laura Ruiz – La gestión de plásticos de un solo uso en una ciudad. Implicancias en los cuerpos de agua. El rol de las y los ciudadanos.

El crecimiento poblacional mundial de forma desmedida y su consumo resulta en la producción de gran cantidad de residuos que al ser mal llamados basura, pierden la oportunidad de ser reutilizados. La mayor parte de la población vive en grandes ciudades y es donde se generan más residuos. En Argentina se generan en promedio 1,15 kg por persona por día.

Por falta de cultura ambiental y mala gestión de residuos se contamina el suelo, el aire y el agua a partir de basurales a cielo abierto, rellenos sanitarios o en la calle. 

Dentro de los residuos sólidos encontramos plásticos -nombre que hace referencia a su plasticidad-. Se producen a partir de recursos naturales, son termoestables, tienen bajo costo y gran facilidad para su fabricación y poseen múltiples usos.

Al ver verdura o fruta en una bandeja plástica envuelta en film vemos lo alejados que estamos de lo saludable y natural, ya que ni nos beneficia ni mejora el uso que le vamos a dar, pero sin embargo perjudican al ambiente.

Los vasos, platos, cubiertos, bandejas, botellas descartables y sorbetes son utilizados unos minutos. Así como los envoltorios de galletitas, fideos, azúcar o jabón de tocador, son plásticos de un solo uso y fueron planeados para cumplir una función efímera pero debido a su composición van a perdurar cientos de años en el planeta. 

Los residuos que quedan en la calle son transportados por los vientos o la lluvia a las alcantarillas y de ahí a un río y más tarde al mar. Debido a su persistencia en el tiempo y su acumulación en la red trófica marina, causan la muerte de los animales que los consumen al confundirlos con comida. Además, atraen y transportan en su superficie sustancias tóxicas, microorganismos perjudiciales para la salud o especies invasoras que afectan a otras nativas a kilómetros de distancia. 

Con el correr del tiempo, las corrientes marinas los acumulan dando origen a islas de plásticos en medio del océano. Por acción de las olas y el sol comienzan a fragmentarse en microplásticos, que la FAO define como partículas y fibras de plástico menores a 5 mm. También están presentes en productos de limpieza abrasivos, pastas dentales, cremas exfoliantes y geles de ducha que por cañerías llegan a los cuerpos de agua y allí son ingeridos por animales pequeños que se alimentan filtrando el agua. Luego, ellos son alimento de otros más grandes y finalmente llegan a nuestra mesa cuando consumimos peces contaminados.

Ante esta situación no nos queda otra cosa más que actuar en consecuencia de lo urgente y hacer todo lo posible para dejar un mundo mejor a las generaciones futuras. 

Las acciones que podemos realizar están en su mayoría al alcance de nuestras manos y deben llevarse a cabo en simultáneo. 

-Colaborar con organizaciones exigiendo a los gobiernos la aprobación de leyes como la Ley de Envases con Inclusión Social, que contempla el trabajo de las Cooperativas de Recuperadores Urbanos, prevé la aplicación de una tasa o impuesto por la generación de cada nuevo envase y con lo recaudado impulsa un programa de educación y reciclado. 

-Hacer cumplir la Ley 1.854 de Basura Cero del año 2005 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

-Apoyar campañas solicitando políticas públicas de protección del ambiente, que incentiven la separación de residuos en origen, gestionen la recolección diferenciada y prohíban la comercialización, distribución y entrega de plásticos descartables por parte de casas de comidas, realizando además una campaña de concientización orientada a sus dueños. 

-Como consumidores tenemos el poder de elegir productos con menor cantidad de plástico y evitar los envoltorios innecesarios. Inclinarnos por empresas de triple impacto y las que siguen el modelo de comercio justo o comprar en ferias directamente al productor.

-Acelerar la transición hacia una Economía Circular que valoriza los materiales en vez de convertirlos en desecho y los reintegra al circuito para no generar tanta basura y ejercer menos presión sobre los recursos naturales. Esto se contrapone a la Economía Lineal de producir, consumir y tirar. 

-Ser consumidores responsables es también exigir a las empresas que sean responsables durante la vida útil de esos materiales.

-Llevar nuestra propia bolsa de tela para hacer las compras, nuestro tupper o frasco de vidrio y comprar a granel, recordar separar en origen (hogares o lugares de trabajo) para luego entregar los reciclables a recuperadores urbanos o llevarlos al punto verde más cercano.

-Colocar envoltorios limpios y secos dentro de una botella plástica y entregarla en un punto de acopio desde donde serán llevadas para su proceso y elaboración de madera plástica evitando la tala de árboles. (Botella de Amor)

-Repensar nuestro sistema de consumo y optar por otras alternativas. Sumar más Rs: rechazar, reutilizar, reducir, reparar, reciclar y reflexionar.

Limpiar una playa es sólo un paliativo, la solución son las acciones que tomemos hoy para evitar seguir tirando plásticos a la basura ya que el problema comienza mucho antes que el plástico llegue a los océanos y lo mismo debe pasar con las soluciones.

Seamos parte de la solución y no permitamos que se cumpla el pronóstico de que para el 2050 habría más plástico en el océano que peces.

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A través de sus páginas accederás a nuestro recorrido a lo largo de estas tres décadas. Esperamos que sea tan grato leerla como lo fue para nosotras y nosotros realizarla.

 ¡Hasta la próxima! 

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